martes, 18 de noviembre de 2008

Emocionantes recuerdos del balonmano rojiblanco por BERNARDO SALAZAR


La quinta edición del foro Gaudeamus Atleti estaba convocada por vez primera en hora mañanera, a las doce y cuarto, en el salón 'Los Óleos'del hotel Rafael Pirámides, en las proximidades de nuestro estadio.

El sugestivo tema a tratar llevaba por título 'El Atleti de balonmano: pasado y... ¿futuro?' Desde media hora antes se comenzaron a formar corrillos a la puertadel hotel. Unos y otros, mayoritariamente fumadores, apuraban el último cigarrillo antes de introducirse en el local hotelero donde la fabricación de humos tabaquiles está prohibida.
Saludos, abrazos, presentaciones... Y junto a los nombres reales de Neme, Ildefonso, Severino, Raúl o Mario, el descubrimiento de las personas de carne yhueso que han hecho populares los sobrenombres de Cochise, Cuatrocaminos, Leivinha... La mañana es soleada y la espera se hace agradable mientras se charla sobre nuestro Atleti, los partidos de Anfield, Pamplona y Orihuela o las expectativas de los hombres de Aguirre ante el inmediato choque con el Depor.

Son casi las doce y media cuando somos requeridos para subir a la sala de conferencias. Está casi llena (parece ser que también hay gente que no fuma) y el grupo con el que entro pretende sentarse en las últimas filas. No esposible. Una vez más ese sentimiento de reverencial temor que embarga a los asistentes a una conferencia ha dejado vacías las dos primeras filas del auditorio y somos requeridos para ocuparlas.


Siempre me ha gustado asistir a estos actos desde posiciones traseras y laterales para dominar mejor el comportamiento de la gente pero esta vez tendré a la mayoría a mis espaldas. En la mesa presidencial se encuentra Raúl Ávila, moderador del acto,que tiene a su derecha a Lorenzo Rico y a su izquierda a CeciloAlonso. Cada uno tiene ante sí, sobre la mesa, un bonito cartel, innecesario dada su inmensa popularidad. Hay cámaras de video y fotógrafos para perpetuar el acontecimiento. Hecho el silencio, el moderador habla de los ausentes Santos Campano y Ángel Hermida, pero sobre todo de Juan de Dios Román, a quien el partido europeo que tiene esa tarde el equipo que dirige le impide reunirse con nosotros.
Eso sí, Raúl lee una carta enviada por Juan de Dios donde se mezclan los hechos históricos del balonmano rojiblanco con el sentimiento colchonero que le rezuma a borbotones. Aprovecho el final de la misiva para girarme. La sala está repleta degente y algunos se acomodan de pie contra las paredes. Nuevo éxito de convocatoria. Reconozco muchos rostros habituales de pasados Gaudeamus, no a todos los rostros conocidos les pongo nombre, también hay jóvenes que no pueden ser nostálgicos de nada y algunas mujeres, todas guapas, por cierto. Prácticamente no es necesaria la presentación de los ponentes.


Como la antigüedad es un grado, el doblemente grande Cecilio comienza su exposición. Nos cuenta con voz pausada y firme sus orígenes balonmanísticos en el colegio, su incorporación al Atleti, sus triunfos, aquella final con la Metaloplástica en el palacio de los Deportes que supo a triunfo a pesar del resultado, sus lesiones, su marcha al Barça después de entrevistarse con Jesús Gil, su posterior regreso ya ciertamente mermado por la lesión de su hombro... Piensa y siente en rojiblanco, el auditorio le escucha ensimismado y la pausa final de Cecilio produce un instante de silencio que se quiebra en entusiasta ovación.


Es el turno de Lorenzo Rico. Como Cecilio tiene un verbo fluido y reposado. Sus vivencias personales son muy parecidas, el colegio, los juveniles atléticos, el primer equipo con sus triunfos nacionales yeuropeos, el Barça con su magnífico contrato... También Lorenzo es premiado con un aplauso que el culpable de la desaparición del balonmano rojiblanco hubiese denominado como ostentóreo.

Más tarde Ávila solicita de ambos que nos expliquen la creación del Club Atlético Boadilla. Uno y otro, los dos auténticos cracks del balonmano español y rojiblanco, desgranan el proyecto que desde hace tres años están llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Boadilla, cuyo alcalde, con su concejal de deportes, atléticos fetén, apoyan en la medida de sus posibilidades. Se hace hincapié en las dificultades económicas existentes, agudizadas por la maldita crisis, para situar al equipo en el escalafón supremo del balonmano español, de las posibles ayudas de la Comunidad, de las expectativas de Madrid-16...

De pronto irrumpe en la sala Salvador Santos Campano. Fue en su momento portero del equipo de balonmano, más tarde directivo encargado de dicha sección, vicepresidente del club con Vicente Calderón y uno de los candidatos a la presidencia en las elecciones que dieron la victoria a Jesús Gil. Se disculpa por su retraso y anuncia que debe marcharse enseguida porque tiene comprometido un almuerzo. Eso sí, hecho cargo de la situación del Atlético Boadilla promete que por la tarde realizará en el palco de autoridades del Calderón alguna gestión para conseguir ayuda. Se levanta y se marcha.


Da comienzo entonces un animado coloquio. Unos recuerdan el balonmano a once en el viejo Metropolitano; otros los partidos en el palacio de los Deportes; muchos las mañanas gloriosas del Magariños; la breve existencia del Atlético Alcobendas...Lorenzo y Cecilio, Cecilio y Lorenzo, contestan, manifiestan sus recuerdos, apostillan... Salen a relucir nombres históricos, situaciones concretas; el espíritu de todos los asistentes se eleva en los memorables recuerdos colectivos e individuales...Es una inmersión gloriosa de cuando los triunfos eran frecuentes y las banderas rojiblancas tremolaban victoriosas, aunque todavía no se visitase la fuente de Neptuno. Sin darnos cuenta se ha consumido el tiempo y hay que abandonar el terreno de juego. Una prolongada y sentida ovación premia las intervenciones de los que fueron magníficos balonmanistas y han demostardo que también lo son como atléticos y como personas. Gracias a ambos.
Son las dos y media. A las cinco juegan Atleti y Depor en el cercano Calderón. Hay que comer y muchos lo hacemos en un restaurante próximo. Los comensales superamos la veintena y Cecilio nos hace el honor de presidir la mesa. Supongo, porque es alargada, que la animación de las conversaciones es similar a la que mantuvimos en una de las cabeceras Mario, Ildefonso, Neme, Cochise y yo. Recuerdos entrañables, cada uno de sus épocas, por supuesto, juicios de valor sobre pasado y presente, las incognitas que nos depara el futuro. En fin, un almuerzo físico y espiritual, donde todos se alimentan de atleticismo.... Y al fútbol, a ver ganar a nuestro Atleti. Esta vez, a las siete, estábamos todavía más contentos que a las cinco.

1 comentario:

Adal dijo...

Disfruté del Gaudeamus por los invitados tan grandes y atléticos que hubo y los recuerdos que salieron.

Por poner un "pero" me quejo de que aparte del poco tiempo del que se dispuso (empezó tarde y luego hubo prisa por comer) quizás se podían haber obviado o acortado algunas de las intervenciones que acaparaban el tiempo. Mientras algunos levantábamos la mano pidiendo turno otros interrumpían una y otra vez sin pedirlo. Si es un foro no es bueno que sólo hablen 2 o 3.

Ya me pasó en el anterior Gaudeamus. Esto es un toque para Raúl como supuesto moderador y para Bernardo como reincidente interrumpidor. Os lo digo desde el cariño.